‘Swiss Army Man’, los pedos y el amor son compatibles

El último filme de Daniel Kwan y Daniel Scheinert narra la historia Hank (Paul Dano), un náufrago que está apunto de quitarse la vida debido a la gran soledad que sufre pero que, en el último momento, encuentra la salvación en Manny (Daniel Radcliffe), un cadáver flatulento que se acabará convirtiendo en su mejor amigo. Con una sinopsis así, podemos deducir que nos vamos a encontrar una película llena de humor negro y absurdo mezclado con humor escatológico.

La película no es para todos los gustos y, por supuesto, no es apta para estómagos sensibles. Sin embargo, si le damos una oportunidad al largometraje,  descubriremos que los pedos de Radcliffe acaban,  finalmente, pasando a un segundo plano y la película adquiere un trasfondo mucho más profundo. A través de la surrealista relación que existe entre Manny y Hank, la difícil comunicación entre Hank y su padre y el triángulo amoroso que forman los protagonistas, ‘Swiss Army Man’ nos habla de la dificultad de afrontar las relaciones interpersonales en la sociedad de hoy en día,  culpabilizando a las nuevas tecnologías de la soledad en la que, muchas veces, nos vemos sumergidos.

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No obstante, el cursi trasfondo se ve solapado durante toda la historia por el humor bizarro de los directores por lo que en ningún momento, a excepción quizás de las escenas finales, hay peligro de que se nos escape ninguna lagrimilla. A lo largo de toda la trama, Hank y Manny, nos van lanzando reflexiones profundas y estimulantes que van calando en la mente del espectador que acaba, inevitablemente, sintiéndose identificado de alguna manera dentro de lo absurdo de las situaciones que se plantean.

La originalidad de esta película ha cosechado opiniones dispares. Por un lado, una gran parte del público abandonó la sala antes del fin de la proyección del filme durante el Festival de Sundance, por otro, consiguió cautivar al jurado de la 48ª edición del Festival de Sitges dónde recibió el galardón a mejor película y a mejor actor por el trabajo de Daniel Radcliffe, que indudablemente intenta poner tierra por medio a papeles infantiles como el de Harry Potter.

Lo que es innegable es que el último largometraje del tándem Daniels no deja indiferente a nadie,  ya sea para bien o para mal. En mi opinión, ‘Swiss Army Man’ es asombrosamente divertida  y refrescante, sobre todo teniendo en cuenta que llega desde tierras norteamericanas. Es un filme lleno de metáforas que nos hace reflexionar y replantearnos muchas cosas desde un tono siempre  amable y distendido que consigue que los 95 minutos de película se conviertan en 5 para el espectador. 

Al salir del cine te quedas con una buena sensación pero, al mismo tiempo, te das cuenta de que la historia está llena de enseñanzas sobre las conexiones y las desconexiones humanas.  Quizás la más clara y evidente, y a la vez la que más nos cuesta reconocer en nuestra vida cotidiana,  es que si nos tiramos pedos delante de una persona es porque realmente la amamos.

Por: Carmen Sedeño Alcántara.