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Introducción histórica a los cantes de Málaga


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 El papel de Málaga y su provincia en la historia del flamenco no ha sido suficientemente considerado en los estudios específicos del arte jondo. No obstante, nuevas publicaciones van arrojando nuevos datos en este sentido que revelan la importancia fundamental de Málaga y sus artistas, los cuales dieron forma a diferentes estilos del arte flamenco. 

En el caso que nos ocupa de la petenera, Málaga ha contribuido en la formación de la llamada petenera grande a través de artistas como Francisca Colomé ―La Rubia de Málaga‖ y Juan Breva, quienes participan en la configuración de los primeros modelos flamencos, antes de la forma definitiva asociada a Pastora Pavón «Niña de los Peines». 

El Polo fue un cante que gozó de un gran prestigio en el siglo XIX dentro de los ambientes preflamencos y luego flamencos. Fue el polo un estilo importante dentro del repertorio de cantaores flamencos como Silverio Franconetti, amén de otros anteriores como El Fillo, El Planeta y Tobalo. Tenemos descripciones a lo largo del siglo XIX de diversos tipos de polo: gaditano, de Tobalo, de Ronda, de Jerez, etc. algunos serían flamencos, otros no. En este sentido hay que considerar el entorno de Ronda y Málaga como determinantes en el desarrollo histórico del polo, con dos variantes, el Polo de Tobalo y el Polo de Ronda, transmitidas hasta la actualidad. 

De forma paralela al cultivo de un polo flamenco también se practicó un polo académico, pieza de gran éxito en los escenarios teatrales y de posible inspiración popular. Fueron calificados los polos, además, como un tipo de jaleo diferenciado, algo a tener en consideración en cuanto a la sedimentación de parte de sus elementos musicales en lo que más adelante llamaríamos soleares.