XI Semana
Internacional de Cine Fantástico
Málaga 21
febrero - 1 marzo de 2001, Cine Alameda
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CICLO: THE MONSTER
MOVIE'S
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Título Original: "Angry Red Planet". U.S.A., 1960.
Producción: Sidney W. Pink y Norman Mauren para SINO.
Director: Ib Melchior.
Guión: Ib Melchior y Sidney W. Pink.
Fotografía: Stanley Cortez. Color.
Efectos Especiales: Bob Baker.
Efectos Visuales: Howard Weeks, Herb Switzer y Herman Townsley.
Montaje: Ivan Hoffman.
Intérpretes: Gerald Mohr, Nora Hayden, Lee Tremayne, Jack
Kruschen.
Duración: 94 min. V.O.S.E.
Hacia finales de los años 50 se realizaron
las películas más hilarantes sobre viajes espaciales, subgénero
de importancia capital dentro del cine de ciencia ficción.
Escondidas en un aluvión de propuestas cabales, del que Planeta
Prohibido (1956) o Cuando los Mundos Chocan (1951) serían
representación suficiente, aparecieron un buen número de enloquecidos
acercamientos al tema, de los cuales The Angry Red Planet
constituiría un notable paradigma.
Empapado de la filosofía de la época -no
olvidemos que el reducto al que invariablemente iba a parar
la ciencia ficción era la serie B, que se manejaban presupuestos
ridículos, por tanto; y que era ésta una etapa del cine en
la que la creatividad se invertiría más en el desarrollo de
técnicas de publicidad y de presuntos avances técnicos que
en hacer buenas películas-, el dúo Pin-Melchior, francotiradores
desde el insondable abismo del cine ultrabarato, utilizó para
la realización de The Angry Red Planet uno de esos "dones"
de la tecnología, El Cinemagic, que consistía en la aplicación
de un filtro naranja sobre la lente y que daba a la imagen
un tono rojizo. El procedimiento se justificaba mediante el
jocoso argumento de la cinta: una mujer astronauta recuerda
un viaje a Marte bajo el influjo de las drogas. Admirable.
El equipo formado por Ib Melchior y Sid Pink -como el William
Castle del Emergo o del Percepto- nos remite a los mejores
tiempos del género, en los que una avalancha de nuevas, alocadas
ideas y primarias técnicas vinieron a revolucionarlo. Bastaba
con encontrar la tesitura narrativa adecuada para incorporar
esas "nuevas técnicas".
Al margen de genialidades tecnológicas,
la película contiene un elenco de monstruos perfectos. Marcianos
con tres ojos, una ameba inteligente y una agresiva mutación
combinada de rata-cangrejo-muciélago-araña forman la que quizá
sea la iconografía más desternillante de la historia del género.
Ingenio a raudales; imaginación máxima al servicio de la ciencia
ficción más absurda. En suma, un clásico imprescindible y
uno de los más reputados series B de ciencia ficción con carisma.
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"ATTACK
OF THE CRAB MONSTER"
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Título Original: "Attack of the Crab Monster". U.S.A., 1956.
Producción: Allied Artists.
Director: Roger Corman.
Guión: Charles B. Griffith.
Fotografía: Floyd Crosby. B/N.
Montaje: Charles Gross.
Maquillaje: Curley Batson.
Música: Ronald Stein.
Intérpretes: Richard Garland, Pamela Duncan, Russell Johnson,
Leslie Bradley, Mel Welles, Richard Cutting, Tony Miller.
Duración: 64 min. V.O.S.E.
Un equipo de científicos se desplaza hasta una remota isla
del Pacífico tras las huellas de otra expedición desaparecida
por dichas latitudes. La mencionada isla parece estar sumergiéndose
poco a poco en el océano de forma misteriosa, fenómeno provocado
por la presencia de unos gigantescos cangrejos mutantes (debido
al efecto de las radiaciones de ciertos experimentos nucleares
cercanos) culpables igualmente de la desaparición de los investigadores.
Los monstruos, no contentos con merendarse a los humanos,
absorben además sus voces y pautas cerebrales, por lo que
los supervivientes escucharán las voces de sus compañeros
fallecidos llamándoles desde el interior de los inmensos bichos.
Las armas convencionales resultarán inútiles contra los crustáceos
carnívoros, de modo que se hará preciso electrocutarlos. Tras
unas cuantas escaramuzas eléctricas, tanto los cangrejos como
los humanos van quedando mermados en número, hasta llegar
por fin al clímax con tan sólo dos hombres (Richard Garland
y Russell Johnson) y una mujer (Pamela Duncan) luchando por
sus vidas contra un único cangrejo tamaño armario sobre la
ya minúscula isla.
Una de las adorables "monsters movies" realizadas por Roger
Corman durante finales de los 50, principios de los 60, fieles
a la fórmula monstruos/chicas/humor, en suma un delirante
y entretenido filme.
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"EARTH
VS. FLYING SAUCERS"
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Título Original: "Earth vs. Flying Saucers". U.S.A., 1956.
Producción: Charles H. Schnner.
Director: Fred F. Sears.
Guión: George Worthing Yates y Bernard Gordon.
Argumento: Curt Siodmack basado en la novela de Donald Kehoe.
Fotografía: Fred Jackman Jr. B/N.
Montaje: Danny Landres.
Música: Mischa Bakaleinikoff.
Efectos de Animación y fotografía especial: Ray Harryhausen.
Efectos Especiales: Ray Harryhausen y Russ Kelley.
Intérpretes: Hugh Marlowe, Joan Taylor, Donald Curtis, Morris
Ankrum, Thomas Browne.
Duración: 82 min. V.O.S.E.
El argumento de Earth vs. The Flying Saucers (La Tierra
contra los platillos volantes) que en ocasiones puede parecer
influenciado por La Guerra de los Mundos (1963), carece sin
embargo del sutil toque näif de este último, y en él se narra
como los habitantes de un planeta moribundo aterrizan en una
base militar norteamericana donde, aunque no se muestran hostiles,
son recibidos a tiros. Los alienígenas acaban con los soldados
de la base con sus rayos de la muerte y declaran la guerra
a la Tierra con su flota de platillos volantes.
Pero la Humanidad encontrará de nuevo la forma de evitar
una muerte segura cuando uno de los extraterrestres muera
misteriosamente y el científico -interpretado por el actor
Hugh Marlowe- descubra que estos misteriosos seres son extremadamente
sensibles a los sonidos de alta frecuencia.
Una de las obras maestras del Cine de Ciencia Ficción de
los años 50 en general y sobre su temática sobre platillos
volantes con intenciones beligerantes en particular, donde
los extraterrestres son robots casi indestructibles. Pero,
como no, también recordada por los magníficos efectos especiales
deRay Harryhausen -también co-productor del film- que consiguió
crear unos platillos volantes que alcanzan un realismo extremadamente,
convincentes para la época, y por su impactante título, EARTH
VERSUS THE FLYING SAUCERS.
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Título Original: "It Conquered the World". U.S.A., 1956. Producción:
Sunset para American Internacional.
Director: Roger Corman.
Guión: Lou Rusoff, Charles B. Griffith (no acreditado).
Fotografía: Frederick West. B/N.
Montaje: Charles Gross.
Música: Ronald Stein.
Efectos Especiales y construcción del monstruo: Paul Blaisdell.
Intérpretes: Peter Graves, Lee van Cleef, Beverly Garland,
Sally Fraser, Russ Bender.
Duración: 75 min. V.O.S.E.
Un a especie de pepino gigante, según el aspecto de la nave,
procedente del planeta Venus, llega a la Tierra con el propósito
y la esperanza que el planeta tierra dominado por extraterrestres
sea un mejor lugar para vivir.
Lee Van Cleef encarna al idealista que guía de la venusiana
nave, y que cuenta como aliados con una especie de murciélagos
electrónicos, que a sus órdenes, sean capaces de transformar
en zombies a todo aquel que padezca su mordedura.
Ligeramente despreciada por Roger Corman queriendo demostrar
que: "un axioma fundamental del cine de Ciencia Ficción, según
el cual los monstruos que aparezcan en la pantalla, deben
ser siempre más grande que el protagonista" -la criatura original
habia sido diseñada bajita y rechoncha, teniendo en cuenta
la pesada gravedad de Venus-. It Conquered the World (Conquistaron
el Mundo) es mucho mejor película de lo que su propio director
trata de sugerir, se trata de una de las más célebres ejemplares
de la serie B de ciencia ficción de los años 50, debido en
este caso a los buenos oficios del admirado Roger Corman.
Espléndidamente dirigida y sorprendentemente bien interpretada
(especialmente por Beverly Garland, la heroína), la película
sobrevive a su peculiar monstruo e incluso se llegó a realizar
una segunda versión en 1966, Zontar, the Thing From Venus,
a cargo del poco imaginativo, aunque prolífico, Larry Buchanan.
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Título Original: "Tarantula". U.S.A., 1955.
Producción: William Alland.
Director: Jack Arnold.
Guión: R.M. Fresco, Martin Berkeley.
Fotografía: George Robinson. B/N. Efectos Especiales: Clifford
Stine.
Música: Henry Mancini. Montaje: William M. Morgan.
Intérpretes: John Agar, Mara Corday, Leo G. Carroll, Nestor
Paiva, Ross Elliott, Ed Rand.
Duración: 80 min. V.O.S.E.
La existencia de Tarántula tiene no poco que ver con el inopinado
éxito que habían cosechado un año antes las hormigas gigantes
de "La Humanidad en Peligro". La novedad del film de Jack
Arnold con respecto a la película citada reside en que la
catástrofe no responde a un proceso evolutivo, sino por un
hallazgo de laboratorio, esto es, por una "mutación atómica":
un científico establecido en un pequeño pueblo de Arizona
descubre una fórmula nutritiva que acelera el crecimiento,
para ayudar así, a la alimentación del ser humano -¿les suena?-
en un futuro mundo superpoblado; una tarántula de su laboratorio
se escapa de su cárcel de cristal, come de ese alimento y
comienza a crecer sin medida, lo que, después de provocar
no pocos sustos, obliga a la intervención del ejército, que
intenta destruirla arrojando desde sus aviones unas contundentes
bombas incendiarias.
El resultado de esta mezcla de sadismo preliminar e irrealidad
científica es una de las películas más atractivas del género
de monstruos. Con la imaginativa astucia de Jack Arnold, sobre
todo conseguida en el guión consigue esa incertidumbre y ambivalencia
que no se consiguieron en películas muy parecidas de aquella
época. Así como en La Mujer y el Monstruo, Arnold sacrifica
el escalofrío superficial por la profundización de las propuestas
sobre la que trabaja con la puesta en escena y los estupendos
efectos especiales como consiguiera algunos años después con
su obra maestra El Increíble Hombre Menguante.
Del mismo modo su Tarántula no quiere asustar sólo por su
gigantismo en la pantalla, sino por ser la mutación/manipulación
de laboratorio que introduce una forma de desorden en el aparente
orden instaurado por la ciencia. La monstruosidad no acaba
en los filmes de Arnold, cuando muere/desaparece el sujeto
en cuestión, sino que es un elemento perturbador del orden
social, de este modo Tarántula no es un film más de ciencia
ficción, sino que a lo largo de los años ha ganado en adeptos.
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