Título Original: "Hangover Square". USA.,1945.
Producción: Robert Bassler,para 20th Century Fox.
Director: John Brahm. Guión: Barre Lyndon, novel Patrick Hamilton.
Fotografía: Joseph LaShelle. B/N.
Música: Bernard Herrmann.
Efectos Especiales: Fred Sersen.
Intérpretes: Laird Cregar, Linda Darnell, George Sanders, Alan Napier.
Duración: 75 min. V.O.S.E.

La historia de Hangover Square (Concierto Macabro) ambientada a principioS de siglo, entre luces de gas, calles neblinosas, salones elegantes y cafés de variedades, no es sino otra variante del clásico relato de la mujer y el pelele: un compositor que sufre vacíos mentales con crimen final, se debate entre escribir conciertos para una chica bien o escribir canciones para una chica mal, convirtiéndose en un muñeco en manos de ésta. Por ello, me parece extraordinario el momento en que, tras asesinar a la cantante- Linda-Darnell, el criminal Gregar se une al gentío que, todos cargados con muñecos, se dispone a hacer una festiva cremación de peleles: el muñeco que el criminal lleva consigo es el cadáver de la cantante, camuflado, que se ve representando así, post mortem, el papel que con su conducta había reservado para el hombre. Lástima que, como también sucedía en Jack el Destripador, la historia amorosa central sea increíblemente limpia y carezca del morbo necesario para estar a tono con el clima malsano del resto del relato.

Título Original: "Harlequin". Australia, 1980.
Producción: Antony I. Ginnane.
Director: Simon Wincer.
Guión: Everett de Roche.
Fotografía: Gary Hansen. Color.
Efectos Especiales: Conrad Rothman.
Música: Brian May.
Intérpretes: Robert Powell, Carmen Duncan, David Hemmings, Broderick Crawford, Gus Mercurio, Alison Best, Mark Spain, SeanMyers.
Duración: 96 min. V.O.S.E.

Harlequin es una versión actualizada del mito histórico Rasputín, misterioso monje de la corte de los últimos zares rusos al que esta vez el director Simon Wincer, en su segundo trabajo como realizador, traslada a los círculos gubernamentales australianos. Robert Powell es Gregory, el siniestro monje que curará, aparentemente mediante su fe, la leucemia del hijo del protagonista, Nick Rast, pero que al mismo tiempo irá ganando poder sobre el senador gracias a sus habilidades hipnóticas y a su capacidad de seducción.

La cinta, filmada con soltura y con un guión que llena de impredecibles matices a una figura, Rasputín, a la que creiamos incapaz de sorprendernos a estas alturas, sigue impactando al espectador después de veinte años por la crudeza de algunas de sus escenas, como aquella en la que Alison Best, en el papel de la sirvienta seducida por el pérfido monje, repara demasiado tarde en que el champú que pensaba emplear para darse una ducha ha sido reemplazado por sosa cáustica.

Título Original: "A Midsummer Night´s Dream". U.S.A., 1935. Producción: Hall Wallis.
Director: Max reinhardt y William Dieterle.
Guión: M. Reinhardt, Charles Kenyon y Mary MacCall, basado en la obra de William Shakespeare.
Fotografía: Hal Mohr.
Efectos Especiales: Byron Haskin, Fred Jackman y H. P. Koenekamp.
Montaje: Ralph Dawson. Música: Félix Mendelssohn, con arreglos de Erich Wolfgang Korngold.
Intérpretes: James Cagney, Joe E. Brown, Mickey Rooney, Ian Hunter, Dick Powell, Olivia de Havilland, Hugh Herbert, Verree Teasdale, Grant Mitchell.
Duración: 132 min. V.O.S.E.

Noche de San Juan, solsticio de verano. Mientras Teseo, duque de Atenas, intenta solucionar los problemas de amores que enredan a cuatro de sus jóvenes súbditos, en un bosque cercano a la ciudad Oberon y Titania, rey y reina de las hadas, se disputan a un principito indio al que ambos quieren a su servicio. Al mismo tiempo una compañía de actores aficionados ensaya en el bosque la obra que representará para la boda de Teseo con Hipólita, reina de las amazonas. Ayudado por Puck y sus filtros amorosos, Oberon organizará un auténtico lío en esta ya de por sí liosa historia.

El sueño de una noche de verano fue considerado como una superproducción, con todos los medios imaginables a su disposición. La película costó la entonces exorbitante cifra de 1.300.000 dólares. El bosque que sirve de escenario a la mayor parte del filme fue construído en dos grandes platós, con una pintura de alumnio que acentuaba el aspecto de irrealidad que, desde un principio, Reinhardt quiso destacar en su adaptación. La coreografía, de la hermana del mítico Nijinski, entonces directora de los ballets de la Ópera de París, contaba con más de cien bailarines. El exquisito Byron Haskin estuvo al frente de los efectos especiales. Para el reparto se contó con algunos de los nombres más cotizados de la Warner: James Cagney, un joven Mickey Rooney, Olivia de Havilland, Dick Powell...

Con el tiempo la película se ha convertido casi en un filme de culto y, sin duda, en una de las más curiosas versiones cinematográficas nunca realizadas a partir de una obra de Shakespeare.

Título Original: "Peeping Tom". Gran Bretaña, 1959. Producción: Michael Powell-Albert Fennell.
Director: Michael Powell.
Guión: Leo Marks.
Fotografía: Otto Heller. Color.
Montaje: Noreen Ackland.
Música: Brian Easdale y Wally Stott.
Intérpretes: Carl Boehm, Moira Shearer, Anna Massey, Maxine Audley, Esmond Knight, Bartiett Mullins, Shirley Anne Field, Michael Goodlife.
Duración: 105 min. V. O.S.E.

Una obsesiva morbosidad que conduce hasta el crimen constituye el núcleo argumental de esta película. El protagonista es un ser poseído por la alucinación y los tremendos complejos que le crearon en su infancia. Los ensayos freudianos de su padre, un científico obstinado en estudiar las reacciones infantiles ante el miedo, destrozando la psiquis del muchacho. La germinación de este remoto complejo desencadena, a lo largo del tiempo, una demencia demoníaca. El personaje no sólo necesita matar, sino fijar también, en imágenes gráficas, el crispado aterrorizamiento de sus víctimas.

El ojo humano, la visión vital, forma parte de este planteamiento sorprendente. El protagonista ejerce la profesión de fotógrafo sólo para encubrir sus planes y poder satisfacer sus afanes morbosos sin suscitar sospechas. El objetivo de su cámara fotográfica es como el fondo de sí mismo. Cuando pierde la ocasión de emplearlo se extingue a la vez su razón de vivir. En contraposición, hay otra figura de la trama que es lo opuesto. Se trata de una ciega. Para ésta el sonido lo es todo. A través de sus variadas gamas, hasta llega a sentir impulsiones adivinatorias.

Título Original: "Walkabout". Australia, 1971.
Producción: Max L. Raab/Si Litvinoff Films (20th Century Fox). Director: Nicholas Roeg.
Guión: Edward Bond, basado en la novela de James Vance Marshall.
Fotografía: Nicholas Roeg.
Montaje: Anthony Gibbs, Alan Patillo.
Música: John Barry.
Intérpretes: Jenny Agutter, Lucien John, David Gulpilil, John Meillon, Peter Carver, John Illingsworth.
Duración: 100 min. V.O.S.E.

Una adolescente y su hermano pequeño salen de excursión por el campo australiano junto con su padre. Mientras la muchacha prepara la merienda, el padre saca de repente una pistola y empieza a disparar; cuando los hijos buscan refugio, vuelve el arma contra sí y se mata de un tiro. Tras tranquilizar a su hermano pequeño, asegurándole que no ha ocurrido nada grave, la muchacha se aleja con él por el desierto. A la caída de la noche están completamente perdidos.

Al día siguiente descubren un oasis. Inesperadamente aparece un joven aborigen, que se encuentra realizando su proceso de iniciación, sus seis meses en el desierto que, según las costumbres tribales, le convertirán en todo un hombre. Les toma bajo su protección y les guía por las vastas extensiones baldías. Finalmente llegan a una hacienda abandonada que les parece el lugar más adecuado para quedarse y esperar ayuda. Pero entonces el aborigen se lleva al niño y le enseña una carretera cercana que puede conducirles a la civilización. Perturbado ante la idea de que él y la muchacha van a separarse pronto, el aborigen se pinta el cuerpo e inicia una danza de cortejo la joven retrocede asustada temiendo algún tipo de violencia por parte de él. El aborigen continúa su ritual horas y horas , hasta agotarse y a la mañana siguiente, le encuentran ahorcado de un árbol. Sin preocuparse demasiado por ello, echan a andar por la carretera en búsqueda de la civilización.

Años más tarde, la muchacha se encuentra en la cocina de su casa, cuando llega el marido de la oficina. Mientras él habla sobre sus pequeños éxitos en el trabajo, ella recuerda los tiempos en que, junto con el aborigen y su hermano pequeño, nadó en las límpidas aguas.