Título Original: "Seom". Corea, 2000.
Producción: Myung Film Productions.
Director: Kim Ki-duk.
Guión: Kim Ki-duk.
Fotografía: Hwang Suh-shik. Color. Montaje: Kyung Min-ho.
Música: Jun Sang-yun.
Intérpretes: Seoh Jung, Kim Yu-seok, Cho Jae-hyun, Jung Hang-sun.
Duración: 89 min. V.O.S.E.

Volver a lo vulgar y destructivo, a lo bello e intenso. Narrador de sentimientos extremos, cronista de la vida miserablemente salvaje de gente marginada de la sociedad, de normas sociales aplastantemente convencionales, Kim Ki-duk es un vitalista de la imagen destructiva, un original director cuyos filmes se hallan recorridos por una malsana y violenta descripción de la naturaleza. Seom (the isle) incide en este enfrentamiento con gotas de antropofagia sexual y sociológica, mediante una sadomasoquista love story imposible. Unas vacaciones, una isla y el placer de la pesca van a mezclarse con el contacto que un ex-policía, aprendiz de suicida, tiene con una mujer, casi un hada de esos vírgenes espacios húmedos, una chica que subsiste vendiendo comida a los pescadores ocasionales de la zona. Mientras se inicia una relación de atracción, un delincuente buscado por la ley aterriza en el lugar. Ser testigo de unos terribles acontecimientos lleva a que el suicida frustrado trate de reincidir en quitarse la vida. Esta lucha interna se verá culminada con un especial uso de los anzuelos.

Título Original: "Kichiku Dai Enkai". Japón, 1998.
Producción: Kazuyoshi Kumakiri y Tomohiro Zaizen para Pia Films.
Director: Kazuyoshi Kumakiri.
Guión:Kazuyoshiy Kumakiri. Kumakiri.
Fotografía: Kiyoaki Hashimoto. Color.
Montaje: Kazuyoshi Kumakiri.
Intérpretes: Shigeru Bokuda, Sumiko Mikami, Shunsuke Sawada, Toshiyuki Sugihara.
Duración: 100 min. V.O.S.E.

Al comienzo de la década de los setenta en Japón, en la época de las revueltas estudiantiles, un radical llamado Fujiwara está a punto de salir de prisión. Su compañero de celda, el líder de un grupo revolucionario, le ha pedido que vaya a visitar a su novia Masami, que ha asumido el mando del grupo mientras él esta encarcelado. Fujiwara accede y se dirige al refugio de estos, pero poco después el líder se suicida en su celda, lo que lleva a Masami, ya algo desequilibrada, a la mas absoluta de las paranoias y a creer que alguien ha traicionado a su amante. Cuando ordena a sus hombres que lleven a cabo una furiosa venganza comienza una descontrolada orgía de sangre y visceras que se prologará hasta el final, ya que la desquiciada Masami cree ver traidores por todas partes...

Un gore japones experimental, tan brutal y desconcertante como una mezcla de "La Última Casa a la Izquierda" y "La Matanza de Texas".

Dirigida por Kazuyoshi Kumakiri, un joven realizador de sólo 23 años, e inspirada por su paso por la escuela de cine, donde según sus propias palabras fue obligado a trabajar en grupos fuertemente jerarquizados y usualmente dirigidos precisamente por aquellos que carecía de la mas mínima creatividad. Su disgusto contra esta situación se tradujo finalmente en Kichiku, una de las películas más sádicas y pasadas de rosca de Japón -y no estamos hablando de un país que no conozca el cine violento. Cámara al hombro, Kumakiri firma un tremendo homenaje al mejor splatter independiente americano de los setenta en una cinta no recomendada para espíritus sensibles.

(Este film por sus imágenes puede herir la sensibilidad del espectador).

Título Original: "Monos como Becky". España, 1999.
Producción: J. A. Pérez Giner para Els Quatre Gats Audiovisuales S.L.
Director: Joaquin Jordà.
Guión: Joaquin Jordà.
Fotografía: Carles Gusi. Color.
Montaje: Sergi Dìez.
Música: Daniel Fontodrona.
Intérpretes: Joao Maria Pinto, María Ángeles Varela.
Duración: 96 min. V.E.

Hace cerca de setenta años un neurólogo portugués, llamado Egas Moniz asistió a un congreso de psicología en Londres. Allí un biólogo americano, el Dr. Fulton, presentó una chimpancé llamada Becky que era un animal encantador. A continuación proyectó una película en la que el mismo animal aparecía como una bestia tremendamente agresiva. El Dr. Fulton explicó a los asombrados asistentes que había practicado a la chimpancé una ablación del lóbulo central del cerebro y que el agresivo animal se había convertido en un mono de peluche. El profesor Egas Moniz regresó a Portugal con la idea fija de aplicar ésta terapia a los esquizofrénicos y aplacar así sus agitaciones.

Éste es el principio de la historia que relata "Monos como Becky". El resto ya lo verán ustedes...

Título Original: "Subconscious Cruelty", Canadá, 2000.
Producción: Mitch Davis para Infliction Films.
Director: Karim Hussain. Guión: Karim Hussain.
Fotografía: Francois Bourdon y Karim Hussain. Color.
Música: Teruhiko Suzuki.
Efectos Especiales: C..J. Goldman.
Intérpretes: Brea Asher, Ivaylo Founev, Christopher Piggins, Eric Pettigrew, Martine Viale, Sophie Lauzière, Nadia Simaani, Sean Spurey.
Duración: 97 min. V.O.S.E.

Mientras superproducciones como El Planeta Rojo, El Sexto Día, El Grinch o Dinosaurio nos han bombardeado durante las últimas semanas en las carteleras de nuestros cines, el aficionado rastreador de joyas perdidas puede ir mirando en otra dirección. Lo primero, esperar a que alguien se atreva con el título más despiadado y arriesgado de la temporada, Subconscious Cruelty, de Karim Hussain, presentado con carácter de rareza en las Sesiones Especiales de la Semana. La película de Hussain (director de programación del prestigioso Festival de Cine: Fantasia que se celebra en Montreal) es un tremendo recital surrealista, sin diálogo, con una estupenda banda sonora de Teruhiko Suzuki, que por momentos recuerda la escatología del Jodorowsky más radical y el inconformismo del Lynch de Cabeza Borradora. Una pesadilla brillante de la mano del que será uno de los nombres a tener en cuenta en el género durante los próximos años.

La producción de esta película, inclasificable, comenzó en 1994, más su carácter experimental y provocativo retrasó la buena marcha del proyecto, perjudicada por trabas legales y serios reparos de la censura canadiense, la cual llegó a confiscar algunas copias bajo la acusación de "obscenidad", obligando a sus productores a volverlas a adquirir bajo nombres falsos a fin de evitar mayores problemas. Subconscious Cruelty se presenta, pues, como una obra que, desde su propia concepción, viene rompiendo esquemas.

Nacido en Otawa, Canadá, en 1974, Karim Hussain rodó diversos cortos en Super 8 siendo niño, iniciándose en el cine de forma profesional como guionista, director de fotografía y director de segunda unidad. Ha realizado dos cortos, Eyes To Hell (1991) y Subconscious Prelude (1993), que como su título indica es un precedente de su primer largometraje, Subconscious Cruelty.

Título Original: "El Triángulo del Lago". Bolivia, 1999.
Producción: Mauricio Calderón.
Director: Mauricio Calderón.
Guión: Mauricio Calderón.
Fotografía: Ernesto Fernández T.
Montaje: Julia Yip.
Música: Óscar García. Intérpretes: David Mondacca, Elías Serrano, Nicolás Bauer, Ximena Galarza, Valeria Adriázola, Anaí Urquidi.
Duración: 109 min. V.O.

Una pareja disfruta de unas vacaciones en el Mar Caribe, hasta que tras un misterioso grito Cecilia (Ana Urquídi) desaparece en el agua. Su esposo Daniel (David Mondacca) se lanza al mar a buscarla pero su esfuerzo es vano. Daniel regresa a Bolivia y con el pasar del tiempo empiezan a suceder cosas extrañas en su casa. Diferentes objetivos aparecen, desaparecen o cambian de lugar. Daniel comienza a suponer que se trata del espíritu de su mujer que no halla descanso. A fin de encontrar una explicación y junto a su amigo Horacio (Elías Serrano), busca la ayuda de un parapsicólogo: Alberto (Nicolás Bauer), quien, con la ayuda de su nieta Lucía (Valeria Adriázola), descubre que Cecilia no había fallecido sino que se encuentra viva en un universo paralelo...