‘The Iceman Cometh’, una absurda y divertida comedia de acción

Un accidente provoca que dos luchadores de la China Ming queden congelados en mitad de una pelea: Ching, un guardia real de la dinastía debe acabar con Feng Sang, un despiadado asesino. Misteriosamente, acaban despertando 300 años más tarde, en un mundo en el que todo ha cambiado pero su lucha aún no ha acabado.

En ‘The Iceman Cometh’ podemos ver mezcladas las artes marciales con la fantasía, así como tintes históricos y unas pizcas de humor. Y lo cierto es que si hay algo que destacar de esta bizarra y alocada película es precisamente las risas que provoca, sobre todo viendo a Ching intentando adaptarse a la vida en 1980. Su uso del WC o sus diálogos con la televisión son de los mejores momentos cómicos en el filme. .

La lucha está presente en prácticamente toda la película, aunque con más protagonismo al principio, aún en época Ming y en el final. No quiero destripar la trama a nadie, pero merece una ojeada la escena en la que Ching y Feng Sang se enfrentan junto a la exposición de La Rueda. Sin duda, las escenas de batalla están muy bien conseguidas, aunque no podamos decir lo mismo del resto de la cinta. Resultan muy curiosos y estrafalarios los intentos de efectos especiales, y digo intento porque parecen haber sido realizados por un niño con un programa de edición de la categoría de Movie Maker.

Merece una especial mención esa tormentosa relación de amor entre Polly, una alocada chica de los 80 con mucho carácter y más de un serio problema y Ching, ese hombre que no puede olvidar la lealtad que le tiene a su país y a su señor, el emperador de la dinastía Ming. Aunque es una historia disparatada y casi sin sentido, es siempre bonito ver florecer el amor, más entre dos almas que pertenecen a épocas tan diferentes. El desamor, el sacrificio de los sentimientos propios en favor del deber y la traición de la persona amada también se hacen hueco en este largometraje.

En el papel de Ching vemos al actor y coreógrafo de artes marciales Yuen Biao, quien trabajó posteriormente con el (re)conocido Jackie Chan, entre otros. La intérprete de Polly, la “maestra” de Ching en las cosas de este siglo es Maggie Cheung, famosa actriz a la que no vemos muy acertada en este filme. Por último, Yuen Wah da vida a Feng Sang con un aspecto de malo malísimo para el que su prioridad es hacer daño.

Aunque la película no está muy conseguida a nivel técnico ni estético, el guion sea un absurdo lo mires por donde lo mires y las actuaciones dejen mucho que desear, es una película para reírse sin entrar en ninguna de estas cuestiones, para olvidar por un rato lo muy cinéfilo y crítico que eres y sentarte con unas palomitas a asistir a un patético espectáculo con el que las risas están aseguradas.

Por Esperanza Burgos